Hoy fui al planetario Galileo Galilei, al ciclo este de disciplinas "místicas", tal vez pretendiendo hacer algo más que indignarme de como hasta el "orientalismo" o la "salud" son un objeto de consumo. Y no llegué a indignarme, pero observé, me llovió un número impar de gotas, me picaron un número par de mosquitos. Terminé comiendo comida naturista en el restorán de Montevideo y Córdoba.
Después, como todos los sábados, fui a la reunión. De golpe estaba desnuda en una playa, la gente me miraba con horror. Se me pasó por la mente como por lo general uno vive hablando más de lo que hace o incluso de lo que habla, y nunca de lo que piensa o siente. Un transeúnte me recomendó que peinara los pelos de mi vagina justo cuando me di cuenta de que eso era una imagen dentro de una imagen. Después, usual rutina, fiesta de disfraces y achicarme y agrandarme intermitentemente como Alicia. Lo curioso es que terminé jugando al poker con todos mis muertos, y quizás, con muertos ajenos. Se me cayeron las lágrimas y me fui de ahí sin juntarlas.
Creo que es la primera vez desde que nací que me siento en el tren. La chica de enfrente me pidió perdón por tocarme el pie, a lo que yo no respondí, ya que no me sentí agredida en lo más mínimo. No podía dejar de observar al hombre que hablaba un dialecto extraño al lado de ella, que no paraba de masturbar una botella de agua que tenía entre las piernas, mientras le miraba las tetas a la pedidora de perdón. Resulta que en la Argentina hay como 10 mujeres por cada hombre, "hay 10 mujeres y un hombre", decía el tipo, "y en Paraguay hay 12 mujeres y un hombre". Parece que es por eso que siempre son infieles, por una cuestión estadística y: "es la realidad", no se puede dejar de rematar con.
Después, como todos los sábados, fui a la reunión. De golpe estaba desnuda en una playa, la gente me miraba con horror. Se me pasó por la mente como por lo general uno vive hablando más de lo que hace o incluso de lo que habla, y nunca de lo que piensa o siente. Un transeúnte me recomendó que peinara los pelos de mi vagina justo cuando me di cuenta de que eso era una imagen dentro de una imagen. Después, usual rutina, fiesta de disfraces y achicarme y agrandarme intermitentemente como Alicia. Lo curioso es que terminé jugando al poker con todos mis muertos, y quizás, con muertos ajenos. Se me cayeron las lágrimas y me fui de ahí sin juntarlas.
Creo que es la primera vez desde que nací que me siento en el tren. La chica de enfrente me pidió perdón por tocarme el pie, a lo que yo no respondí, ya que no me sentí agredida en lo más mínimo. No podía dejar de observar al hombre que hablaba un dialecto extraño al lado de ella, que no paraba de masturbar una botella de agua que tenía entre las piernas, mientras le miraba las tetas a la pedidora de perdón. Resulta que en la Argentina hay como 10 mujeres por cada hombre, "hay 10 mujeres y un hombre", decía el tipo, "y en Paraguay hay 12 mujeres y un hombre". Parece que es por eso que siempre son infieles, por una cuestión estadística y: "es la realidad", no se puede dejar de rematar con.
3 Comments:
Don't take a this as ass-kissing (or butt-licking, they're kinda the same) but I really like your prose. It tends to be a bit weird but, in my humble opinion, it's verrae good.
Fe de erratas: Donde dice mientras le miraba las tetas a la pedidora de perdón debió decir " mientras le mirábamos las tetas a la pedidora de perdón.
Porque ?como sabe la narradora que el tipo miraba si ella no miraba al mismo tiempo?
El lector corrector.
Jaja, claro. La única verdad es la realidad.
Salud!
Post a Comment
<< Home